domingo, 27 de julio de 2008

¿Crees que todavía es muy pequeña?


Nunca es muy pequeño un bebé para educarlo. Es asombroso lo mucho que entiende, aún antes de poder hablar. Cuando todavía no está formado físicamente para ello, ya, su memoria y comprensión es muy poderosa. Esto lo leí en un libro y lo verifiqué con Anibal, en varias ocasiones. Los bebés se expresan desde muy pequeñitos y si sus padres hacen el esfuerzo de tratar de entenderlos, comenzarán a hablar temprano y muy bien, porque sabrán que no es en vano su intento de hacerse comprender. Es importante hablarles mucho desde en mismo día de su nacimiento. No creas que no entienden. Su pensamiento se va ejercitando, igual que su memoria. Y cuando comienzan a balbucear, te devuelven todo lo que les enseñaste, regalándote hermosas vivencias. Este intercambio favorece el futuro desenvolvimiento en la escuela. No pienses jamás que es tiempo perdido, hablarle a tu bebé. No lo ignores. Al primer minuto de vida, ya es una persona.

Estas son algunas de mis experiencias:

  • Creo haber comentado ya, que desde niña, me gustaba andar de los vecinos que tenían bebés. En una de esas familias, la cuarta chiquita, siempre era acusada por sus hermanitos mayores, de todo lo que se rompía en la casa. La pobre bebita no hablaba todavía, y no podía defenderse. Pero mira lo peligroso que es no dar buenos ejemplos desde siempre, a los niños: Cuando la bebé comenzó a hablar, algo grandecita ya, ensució sus pañales. La mamá se enojó y la retó. Para sorpresa de todos los presentes, la pequeña dijo que había sido su hermana mayor. Esto habla de la observación y el razonamiento de los bebés, y también del peligro de los malos ejemplos. Aunque en ese momento, la reacción de todos fue la risa. Con menos de dos años, Anita ya sabía evadir responsabilidades, y lo aprendió cuando todavía no hablaba. Y lo peor: lo aprendió en su hogar.
  • Desde que Aníbal nació, siempre le habíamos hablado todo el tiempo. Le contábamos todo lo que hacíamos. Cada vez que encendíamos la luz, exclamábamos, medio entonando: "¡la luz!". Un anochecer, estábamos los tres en penumbras, tan entretenidos, jugando con nuestro bebé, que no nos percatamos de la oscuridad. Aníbal tendría, más o menos, cinco meses. Comenzó a mirar la lámpara del comedor y a balbucear: "¡uf!", "¡uf!". Lo entendimos perfectamente y lo complacimos encendiendo la luz. Y, por supuesto, demostrándole nuestra alegría por hacernos recordar que ya era necesaria la claridad artificial. Esta actitud nuestra era para alentarlo a que siga intentando expresarse. Nosotros trataríamos de entenderlo.
  • Su segunda palabra me costó mucho más. Aníbal tenía cerca de seis meses. Estaba en su sillita, al borde de la mesa. En cierto momento, comenzó a decir: "¡Ebú!", "¡Ebú!", y a señalar la heladera. Supuse que tenía sed o hambre. y le preparé su papilla. No la quiso, tampoco quiso tomar líquido alguno. Sólo seguía diciendo "¡Ebú!", "¡Ebú!", cada vez más enojado, con la palmita de su mano hacia arriba, agitándola. Paracía decirme lo tonta que era por no entenderle, que estaba hablando clarito. Hasta que por fin se me ocurrió que quizá quisiera yogurt, y se lo ofrecí. ¡Era eso! ¡Aníbal quería yogurt!
En mi próxima entrada hablaré de Aníbal y el canto y la música. El video del bebé, de mi entrada anterior, tiene su razón de estar. Todo en esta página tiene su razón de estar. Por favor, vuelvan a mirarlo y en la próxima lo comento.

Elizabeth


lunes, 21 de julio de 2008

Día del amigo

¡Hola amigos!

No pasé por alto la fecha, simplemente, no pensé que a tan pocos días de iniciada esta página, hubiera gente que me considerara su amiga. Como tengo pocos comentarios en mis entradas (¿Mis lectores serán tímidos?) pensé que nadie esperaría mis saludos. Sé que debí haberlos brindado igualmente, y me disculpo por ello.
Me sorprendí gratamente al recibir los saludos de algunos lectores. Gracias a todos por los correos enviados. Espero que hayan tenido un feliz día del amigo. Y, tarde, pero sincero, aquí va mi reconocimiento y mi obsequio para ustedes. Espero que lo disfruten.

Elizabeth






jueves, 17 de julio de 2008

Quiero conocer tu opinión. ¡Opina por favor!

Este video ya lo he presentado en otro post, pero quiero que lo volvamos a ver, que leamos y después debatamos. Es muy importante tu opinión. Por favor, no dejes de expresarla. La semana que viene haré mi comentario yo.

Elizabeth



El mito del cura pederasta

Que la ira justificada por algunos casos terribles no se vierta sobre la mayoría del clero inocente

Philip Jenkins

La Iglesia Católica Romana en Estados Unidos está atravesando uno de los períodos más traumáticos de su larga historia. La prensa tiene todos los días una nueva historia de horror que reportar bajo algunos titulares sensacionalistas: Típicamente, Newsweek sacó en estos días una portada con el titular: “Sexo, Vergüenza y la Iglesia Católica: 80 curas son acusados de abusar sexualmente de niños en Boston”.

Aunque los casos de abuso sexual tienen raíces profundas, los escándalos más recientes detonaron por lo sucedido con el sacerdote de Boston, John J. Geoghan. Aunque sus superiores sabían por años sobre las actividades pederastas de Geoghan, lo transfirían de parroquia en parroquia, sin pensar en la seguridad de los niños que éste tenía a su cargo.

El estigma del caso de Geoghan podría durar décadas, y algunos católicos están diciendo en su furia que no podrán confiar nunca más en su Iglesia.

Nadie puede negar que las autoridades de la Iglesia de Boston cometieron errores atroces, pero el asunto no es tan sencillo como un cuento sobre el bien y el mal que a veces parece ser. Aunque parezca difícil de creer en estos momentos, el escándalo del “cura pederasta” no es nada tan siniestro como lo han pintado, o por lo menos no debería utilizarse para lanzar acusaciones infundadas contra la Iglesia Católica en general.

En las últimas semanas hemos escuchado a menudo la frase “cura pederasta”, y esos individuos pueden existir: el padre Geoghan era uno de ellos, como lo fue el notorio padre James Porter hace una década. Pero como problema social, el término es salvajemente engañoso.

Los sacerdotes católicos y otros clérigos no tienen el monopolio de comportamiento sexual impropio hacia menores de edad. Mi investigación acerca de casos así en los últimos 20 años indica que no hay evidencia alguna de que clérigos cátolicos célibes sean más propensos a involucrarse en un comportamiento impropio o de abuso sexual, que el clero de cualquier otra denominación religiosa, o que no clérigos.

No importa cuán determinada esté la prensa a ver todo este asunto como una crisis del celibato, la acusación no se sostiene. Todas las tradiciones de fe, todas las denominaciones religiosas tienen casos de abuso, y en algunos de los peores no están implicados los católicos. Las principales denominaciones protestantes han tenido suficientes escándalos, como los pentecostales, los mormones, los Testigos de Jehová, los judíos, budistas, Hare Krishnas y la lista sigue. Una diócesis anglicana (episcopal) canadiense está ahora al borde de la bancarrota como resultado de masivas demandas causadas por décadas de abuso sistemático. Sin embargo, la Iglesia anglicana no exige el celibato de su clero.

No importa cuánto contradiga esta declaración la sabiduría convencional, el “cura pederasta” no es una especialidad católica; pero, ¿cuándo escuchamos hablar de “pastores protestantes pederastas”?

Sólo para mostrar cifras sólidas, ¿cuántos clérigos católicos están implicados en conducta impropia?

En la actualidad tenemos buena información sobre este asunto porque desde el principio de la década del 90 la Arquidiócesis de Chicago llevó a cabo un estudio arriesgado y profundo. El estudio examinó a todos los sacerdotes que habían servido en esa Arquidiócesis en los previos 40 años, unos 2,200 individuos. Reabrió todas las quejas internas que se habían hecho contra estos hombres. El criterio de evidencia que se aplicó no fue prueba legal que se pudiera sostener en una corte, pero sólo el consenso que un cargo particular era probablemente justificado. Por este bajo estándar el survey halló que alrededor de 40 sacerdotes, o sea como el 1.8 por ciento del total, era probablemente culpable de conducta inapropiada con menores en algún momento de sus carreras.

Puesto de otra forma, no existía evidencia contra el 98 por ciento del clero parroquial, la abrumadora mayoría del grupo. Como otras organizaciones que lidian con niños no han llevado a cabo estudios tan abarcadores, no tenemos idea de si la cifra católica sale mejor o peor parada que el promedio de maestros de escuela, orientadores, trabajadores sociales o maestros de los Boys Scouts.

La investigación de Chicago también encontró que de los 2,200 sacerdotes uno solo era pederasta.

Muchas personas están confundidas acerca de lo que es un pederasta y lo que es una persona culpable de tener sexo con un menor; la diferencia es muy significativa. La frase “cura pederasta” conjura una pesadilla llena de imágenes de la peor violación de la inocencia, insensibles autores de abuso, como el padre Porter, que atacó a niños de 6 y 7 años de edad.

La pederastia es un término psiquiátrico que significa tener interés sexual por niños menores de la edad de la pubertad. Pero la vasta mayoría de los casos de conducta impropia del clero no son de este tipo. La vasta mayoría de esas instancias tiene que ver con sacerdotes que han estado activos sexualmente con personas por debajo de la edad de consentimiento sexual, a menudo de 16 o 17 años, incluso mayores. Un acto de esta naturaleza está mal. Es probablemente criminal y por consentimiento común es inmoral y pecaminoso; sin embargo no tiene el carácter de terrible crueldad y de explotación que conlleva el abuso de menores. Además en casi todos los casos que ocurren con adolescentes mayores hay un elemento de consentimiento.

También, la definición de “infancia” varía enormemente entre las sociedades. Si un acto así ocurre en la mayoría de los países europeos, sería probablemente legal ya que la edad del consentimiento es por lo general alrededor de los 15 años.

Para mostrar un ejemplo específico, cuando los periódicos revisan casos recientes de “curas pederastas”, casi siempre citan un caso que ocurrió en el condado de Orange, en California: un sacerdote fue acusado de tener sexo consensual con un muchacho de 17 años. Sea la que sea la cualidad moral de semejante acto, la mayoría de nosotros no aplicaría el término “abuso de menores” o “pederastia” a este caso.

Sólo por esta razón necesitamos ser cautelosos cuando leemos acerca de las legiones de curas que están siendo “acusados de abuso de menores”.

La edad de la persona joven implicada es también algo importante, porque diferentes tipos de conducta impropia sexual responden a diferentes tratamientos, y las autoridades de la Iglesia necesitan responder diferentemente. Si una diócesis sabe que un hombre es un pederasta y lo vuelve a colocar alguna vez en una posición en la cual tiene acceso a más niños, la decisión sencillamente está equivocada, y probablemente llegue a negligencia criminal. Pero un sacerdote que tiene una relación con un adolescente mayor, es mucho más probable que responda al tratamiento y sería mucho más comprensible si algún día la Iglesia lo coloca en una nueva parroquia bajo supervisión cuidadosa.

El hecho de que la administración del cardenal Law en Boston parezca haber sido un desacierto una y otra vez no significa que ésta es una práctica común de todas las diócesis católicas, mucho menos que la Iglesia esté implicada en una especie de conspiración del silencio para esconder pervertidos peligrosos.

En lo absoluto trato con suavidad el asunto del abuso de menores. Recientemente publiqué un documento sobre el mercado electrónico de pornografía de menores, una de las peores formas de explotación, y mi argumento fue que se necesita presionar más a la policía y el FBI para que actúen más estrictamente con esta cosa tan horrible.

Mi intención no es defender el clero malvado o la Iglesia pecaminosa (no se me puede llamar un apologista católico, ya que no soy siquiera católico). Pero estoy preocupado porque la ira justificada por algunos casos terribles pudiera convertirse en ataques mal enfocados hacia el clero inocente. La historia de la conducta impropia del clero es suficientemente mala sin que haya necesidad de convertirla en un brote imperdonable de discriminación religiosa contra la Iglesia Católica.

(Philip Jenkins es un distinguido profesor de historia y estudios religiosos en la Pennsylvania State University. Su libro Pedophiles and Priests: Anatomy of a Contemporary Crisis fue publicado en 1996 por Oxford University Press. Esta columna de opinión fue publicada en el Pittsburgh Post Gazette el 3 de marzo de 2002 y fue reproducida por The Florida Catholic, edición del 14 de marzo.)


http://www.vozcatolica.org/50/mito.htm

miércoles, 16 de julio de 2008

El primer cumpleaños de Aníbal

Quienes me están siguiendo en esta página, ya saben que Aníbal es mi hijo.
Aníbal, llegó a mi vida después de los ocho años de mi largo embarazo. Ocho fueron los años que lo estuve esperando. Ocho años de llorar por cada menstruación. Ocho, los años de no desear las relaciones sexuales por saber que Aníbal no quería llegar. Pero... este es un tema que dejaré para los entendidos. Como también dejaré para los entendidos, el: porqué después de ocho años sí llegó.
Lo cierto es que cuando Aníbal estuvo en mis brazos, lo cuidé tanto que en mi círculo todos decían que yo exageraba, no quería, yo, desatender ningún aspecto de su crianza.
Uno de mis "defectos" como madre es que nunca dejé que lo fastidiaran con mimos y manoseos. Para mí, los mimos y manoseos que no son de los familiares y amigos cercanos al bebé, significar fastidiarlo. Yo creo que sólo los bebés poco atendidos por sus padres, en el sentido de ser poco mimados, aceptan caricias y mimos de desconocidos (al menos para él). Por esta razón, yo no dejaba que lo toquen y lo besuqueen.
Una vez, en un descuido mío, una señora mayor le atrapó la manito, se la besó y me dijo que sólo besa las manitos de los bebés, por cuestiones de higiene, que al ser una persona de avanzada edad, podría transmitirle algún contagio de algo. A lo que yo respondí: " Entonces no lo toque para nada y de ninguna manera, porque el bebé, lo primero que se lleva a la boca, son sus manitos".
Tan cuidadosa fui con el bienestar de mi bebé, que cada determinación que tomaba con respecto a él, era minuciosamente analizada por mí. Así fue con el festejo de su primer cumpleaños.
Cuando yo era niña, me gustaban tanto los bebés que siempre andaba frecuentando los hogares de los vecinos que tenían niños pequeños. Siempre fui invitada a los cumpleaños de los chiquitos del barrio. Y una cosa observé, que no quise para mi hijo. Que generalmente, los agasajados (los bebés), estaban de mal humor en sus propias fiestas y que no disfrutaban algo que se supone que fue hecho para su alegría. Esta, fue la razón que me llevó a festejar su primer año de vida, únicamente con su entorno diario: mi madre y mi hermano (con quienes vivíamos), su padre y yo.
Aníbal disfrutó muchísimo el día de su cumpleaños. Una buena fiestita familiar, un lindo regalo y las personas que él quería. Todos muy divertidos. Su segundo año se lo festejé, y estuvo histérico dos o tres días antes y en la misma fiestita. Aníbal se molestaba con los ajenos a nuestro hogar y más aún si lo toqueteaban. Supongo que los chicos captan nuestros nervios con los preparativos y los reflejan. Recién disfrutó, de su tercer cumpleaños, cuando ya iba al jardín de infante y ya sabía lo que es compartir con amiguitos. Yo creo que las fiestas infantiles deben ser "infantiles" y no estar colmadas de personas mayores. Si la economía da para ello, los grandes que festejen por su cuenta, y si no, una buena reunión para los coetáneos del agasajado.
Estuve, ayer, buscando un lindo video para mostrar aquí, de una fiestita de primer cumpleaños, pero no encontré ninguno: o los bebés estaban llorando encaprichados, queríéndose alejar del mundo, o estaban durmiendo, o, en el mejor de los casos, no estaban. No ví ni un video en el que el bebé intentara apagar las velitas contento.
Espero que tú, que me lees puedas aprovechar estas reflexiones para que tu babé esté muy feliz cuando festejes su primer año de vida.

Elizabeth

martes, 15 de julio de 2008

No todo es problema, con los niños.


También podemos disfrutarlos. Y ellos pueden disfrutar a sus papis. Sólo hay que darse el tiempo.







lunes, 14 de julio de 2008

Los chicos, a veces, son bastante complicados. ¿¿¿Serán los chicos???

...Y, en este momento, me gustaría tener un psicólogo al lado, para que me "haga pata", como decimos los argentinos.

Muchas veces, es decir, siempre, los hijos tienen alguna "factura" que pasarnos. No somos perfectos, somos padres, y como todo humano, nos equivocamos.
Muchas veces, ellos tienen razón y nos enseñan, otras, sólo usan las "facturas" para manipularnos. Y otras, quizá, ni siquiera ellos sepan por qué las esgrimen. O quizá sí, y tengan razón de un buen análisis, por parte de algún especialista. Aquí van dos ejemplos:
Una compañera mía de secundaria, a los trece años se quejaba de que su mamá no la controlaba, de que le decía que confiaba en ella, de que quizá la mamá la quería poco o no la quería. No encuentro una explicación para esta situación.
La otra situación es la de una mamá que me comentó que su hija le decía que ella no la quería porque no la castigaba como lo hacían con su amiguita. Lo cierto es que ésta mamá estaba satisfecha con su hija tal como era y no sentía la necesidad de castigarla o de imponerle penitencias. Por ello, optó por la solución más inteligente: "un analista". Adulta, la hija estudiaba y trabajaba. Era una chica exitosa.
Creo que estos dos, son ejemplos de lo que escuchamos reiteradas veces de los psicólogos y sicopedagogos: "los chicos piden límites continuamente. Y los necesitan".


Es necesario que les prestemos mucha atención, que les expliquemos nuestras actitudes. Que nos rectifiquemos, cuando sea lo adecuado. Sólo cuando sea lo adecuado.
¡No dije: que les rindamos cuentas! Ellos deben entender que son menores, que somos los responsables de lo que ellos hagan y de lo que a ellos les pase. Y que por lo tanto, somos nosotros, sus padres, los que permitimos o dejamos de permitir algo.
Es necesario que sepan que cuando hemos tomado una determinación, hay que cumplirla "a rajatabla" porque tiene su razón de ser. Y que si no se hace, hay que enfrentar las consecuencias.
No seamos débiles, para que no nos veamos en la situación de lamentar el habernos dejado manipular por ellos. Últimamente, al menos en la Argentina, es costumbre que los chicos, que a los diez minutos de conocerse, se invitan a sus casas. Y muy lamentablemente, los padres permiten que acepten esas invitaciones. Un padre debe conocer a las amistades de su hijo. Es increíble cómo, ver a un niño nos cuenta sobre cómo es su familia.
A los trece años, mi hijo cambió de escuela. Pasó tres días hablándome de su compañero de banco, de lo bien que se llevaban y de lo buen alumno que era. Al tercer día, me dijo que su compañero lo invitó a la casa. Le dije: Aníbal: mejor esperemos a que yo conozca a su madre, y después vemos. Aníbal ya sabía que no me haría cambiar de idea, por lo tanto, no tuvo más remedio que aceptar. Un día fui a la escuela para registrar mi firma. Justo era la hora del recreo. Aníbal se me acercó con su nuevo compañero. Me lo presentó. Cuando volvió a casa, le dije que podía ir de su amigo cuando quisiera. Me hizo recordar que aún no conocía a sus padres. Le dije que no hacía falta. Que Martín me dio una idea de lo que eran sus padres. Hoy, hace once años, siguen siendo amigos. Martín es una excelente persona, de una excelente familia. No me había equivocado.
El mismo día que conocí a Martín, conocí a otros dos compañeros de los que Anibal, también hablaba con mucho entusiasmo. Cuando estuve a solas con Anibal, le dije que tomara a esos dos chicos únicamente como compañeros de tareas escolares, que no me gustó la forma en que ezquivaron mi mirada. Al tiempo, Aníbal me comentó que uno de esos chicos, tenía problemas con la policía y que andaba con drogas. Tampoco me había equivocado.
¿Por qué sabía Aníbal que no tenía alternativa cuando le dije que esperara a conocer a la madre de Martín? Porque en el año anterior, comenzaron a tener pequeñas salidas con sus compañeros de escuela (a los doce años). Era una buena edad para que aprendieran a conducirse solos en la calle. Por supuesto que Aníbal salía con un cargamento de recomendaciones mías. Una de las recomendaciones era que no fuera a las salas de juegos electrónicos. No me gustaban, siempre había peleas en esos lugares. Ésto era causa de discusión con su padre. Él decía que no habría problemas yendo todo juntos (la familia) y yo argumentaba que una bala perdida no se desviaría de la ruta hacia nuestro hijo porque estuviera presente su padre. La cuestión es que los chicos salieron solos una tarde, con la promesa de no ir a esos lugares. Pero a su regreso, Aníbal contó que sí, fueron y que hubo pelea y tuvieron que escapar. Pero no fue suficiente. Se metieron en otro local de esos. Uno de los del grupo era un chico muy independiente, que tenía la costumbre de burlarse de los que no hicieran esto o aquéllo, porque en sus casas no se los permitían. A los pocos días, este chico cumplía años. Aníbal fue a la fiesta. Por supuesto que con más recomendaciones, todavía. Me dijo que no me hiciera problemas, que estarían en la casa del agasajado, nada más. Al regreso de la fiesta, Aníbal me comentó que al final no habían ido a las salitas de juegos electrónicos, para no dejar solo a un primo en silla de ruedas, del anfitrión. Allí descubrí el engaño: estaba planeado lo que yo no permitía que hiciera mi hijo. Entonces le dije que si él no sabe decirle "no" a este amigo, no saldría más con él. Y así fue. Al año siguiente, supe que la hermana del chico manipulador de sus amiguitos, tan independiente como él, había fallecido en un accidente automovilístico, a una hora, de un día, en que debía estar en el colegio, y así lo suponían sus padres. Tampoco me equivoqué esta vez.
Es necesario que sepamos quiénes son los amigos de nuestros hijos, no que se los elijamos, no tienen por qué sentirse a gusto con personas de nuestro agrado. Dejemos que los elijan ellos. Pero reservémonos el privilegio y la responsabilidad de aprobar o desaprobar. Por el bien de ellos.

Tampoco disimulemos las pequeñas "macanas" de los chicos, para no tener que lamentar las grandes. Es necesario que los chiquitos sepan desde muy temprana edad, que la autoridad, somos los padres. Así no tendrán que enfrentar un mundo hostil cuando crezcan. Tiene que entender que no están solos en el mundo. Que hay otros que no quieren lo mismo que ellos, que hay otros que no son tan tolerantes como sus padres, que hay otros que van a esperar de ellos y no harán concesiones. Para que no sean personas infelices en su adultez, al toparse con cietas dificultades. No les resolvamos todos sus problemas, menos aún, cuando los causaron ellos mismos, a sabiendas.
Otra de nuestras vivencias: A los diez años, Aníbal regresó de la escuela, un viernes, diciendo que "debía" concurrir a dos reuniones organizadas por sendos compañeros. "Una"- le dije- recuerda que se acercan los exámenes de Bellas Artes. Quisiste estudiar música y sabes lo que cuesta la guitarra, las partituras, los libros, los viajes en autos de alquiler para que no se arruine la guitarra si llueve. Trató de convencerme. No lo logró. Se enojó y amenazó con no hacer las tareas para el lunes. Le dije que hiciera lo que quisiera pero que se atuviera a las consecuencias. Fue a una de las fiestas. No hizo las tareas, como prometió. Pero resulta, que siempre fue muy buen alumno, y le daba mucha vergüenza ir a la escuela sin el deber cumplido. El lunes a la madrugada me lloró y me imploró que le ayudara a cumplir. Por supuesto que no lo hice. Le recordé que el no haber hecho lo que correspondía, fue dicisión suya. Me rogó que fuera a la escuela y le dijera a la maestra que estuvo enfermo en el fin de semana. Respondí que iría, pero para decirle a su maestra, la verdad de lo que pasó. Casi se veía feliz, en el trayecto. Supongo que estaría seguro de que a último momento, me ablandaría. Pero por su bien, cumplí con mi amenaza. Resultado: aprendió a hacerse cargo de sus errores y a ser responsable con sus obligaciones. Nunca volvió a pedir semejante ayuda ni a poner en segundo plano su deber. De lo contrario, quizá hoy sería un hombre dependiente de su madre. En cambio, es un hombre que trabaja, estudia y disfruta de su tiempo libre con su novia y sus amigos. Valió la pena el trago amargo que significó, para mí, toda esta situación.
En la adolescencia, que es una de las edades en que más cuesta mantener la autoridad, por parte de los padres, no tuve problemas con Aníbal, nunca me pidió un permiso de esos que yo no le hubiese dado, después de las vivencias que relaté. Por supuesto que tenemos y tuvimos discusiones. Pero ambos sabemos muy bien lo que tenemos permitido y lo que no.





Me siento satisfecha con los resultados de mi firmeza. No es fácil, pero tampoco se obtienen buenos resultados, por generación espontánea. Éste padre, no hubiese llegado a semejante situación bochornosa y dolorosa, si hubiese puesto una buena penitencia, para el primer berrinche, no sin antes explicar las razones por las que no estaba de acuerdo en comprar algo que el niño quería. Es evidente que este padre, ya hace rato que perdió el control. Ningún niño hace semejante escena, por primera vez. Primero prueban. Y si les resulta, van exigiendo cada vez más.
No es necesario que un niño esté martirizado durante toda la infancia con las exigencias de los padres. También tiene mucho para disfrutar. Sólo tiene que tener las reglas bien claras. Y ni siquiera pretenderá lo que no se le permite. Tomará como natural, que algo no le sea permitido, Disfrutará plenamente lo que sí sabe que se le permite. Y con padres coherentes y no contradictorios, sabrá qué es lo que puede y qué, lo que no puede, y no sufrirá por no poder, lo que en otra ocasión pudo.
El niño del video está tan seguro de lograr todo lo que quiere, que de no conseguirlo, hasta podría enfermarse. Conocí el caso de un bebé bien de cuna, o casi de moisés, que hacía esto con sus padres. Un chico debe educarse, desde su primer minuto de vida. Si a los tres, cuatro o cinco años no podemos controlarlo, su educación ya fracasó, salvo que un terapeuta enviado por Dios, intervenga.

Elizabeth





viernes, 11 de julio de 2008

Autismo

El autismo es un trastorno infantil que suele darse preferentemente en niños que en niñas. Las habilidades de un niño autista pueden ser altas o bajas dependiendo tanto del nivel de coeficiente intelectual como de la capacidad de comunicación verbal.


¿Cuales son las causas del autismo?

Las causas del autismo aún son desconocidas. Pero existen algunas teorías:
1. Las relaciones del niño autista y su entorno y medio social. Se dice que el autista es así porque no ha recibido afectividad cuando era pequeño. Que ha tenido padres distantes, fríos, demasiado intelectuales.
2. Deficiencias y anormalidades cognitivas. Parece existir alguna base neurológica aunque no está demostrada.3. Ciertos procesos bioquímicos básicos. Se ha encontrado un exceso de secreción de Serotonina en las plaquetas de los autistas.


Perfil de un niño autista

Un niño autista tiene una mirada que no mira pero que traspasa. En el lactante se suele observar un balbuceo monótono del sonido, balbuceo tardío, y una falta de contacto con su entorno, así como de un lenguaje gestual. No sigue a la madre y puede entretenerse con un objeto sin saber para qué sirve.
En la etapa preescolar el niño se muestra extraño, no habla. Le cuesta asumir el yo e identificar a los demás. No muestra contacto de ninguna forma. Pueden presentar conductas agresivas incluso a sí mismo. Otra característica del autismo es la tendencia a llevar a cabo actividades de poco alcance de manera repetitiva. El niño autista puede dar vueltas como un trompo, llevar a cabo movimientos rítmicos con su cuerpo tal como aletear con sus brazos.
Los autistas con alto nivel funcional pueden repetir los comerciales de la televisión o llevar a cabo rituales complejos al acostarse a dormir. En la adolescencia se dice que 1/3 de los autistas suelen sufrir ataques epilépticos lo cual hace pensar en una causa nerviosa.


Un resumen de los síntomas que pueden indicar que el niño sea autista

- Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los sentimientos de los demás.
- Ausencia de búsqueda de consuelo en momentos de aflicción.
- Ausencia de capacidad de imitación.
- Ausencia de juego social.
- Ausencia de vías de comunicación adecuadas.
- Marcada anormalidad en la comunicación no verbal.
- Ausencia de actividad imaginativa, como jugar a ser adulto.
- Marcada anomalía en la emisión del lenguaje con afectación.
- Anomalía en la forma y contenido del lenguaje.
- Movimientos corporales estereotipados.
- Preocupación persistente por parte de objetos.
- Intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del entorno.
- Insistencia irrazonable en seguir rutinas con todos sus detalles.
- Limitación marcada de intereses, con concentración en un interés particular.


¿Existe tratamiento?

La educación especial es el tratamiento fundamental y puede darse en la escuela específica o bien en dedicación muy individualizada (”Maternage”). Se puede recurrir a la psicoterapia aunque los resultados son escasos debido a que el déficit cognitivo y del lenguaje dificultan la terapéutica. El apoyo familiar es de gran utilidad. Los padres deben saber que la alteración autista no es un trastorno relacional afectivo de crianza. Es recomendable buscar y mantener contactos con asociaciones para padres de niños autistas.
Hay que considerar también el tratamiento farmacológico, que deberá estar indicado por un medico especialista.


¿Se puede curar el autismo?

El autismo no tiene curación. Es un síndrome que definió en 1943 un psiquiatra de origen austriaco llamado Leo Kanner. Hoy en día, 50 años después, aún no se conocen las causas que originan esa grave dificultad para relacionarse. Se calcula que unos 350 niños en la Comunidad de Madrid conviven con el síndrome.


¿Lo que deben hacer los padres?

Los padres que sospechan que su niño puede ser autista, deben consultar al pediatra para que los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes, quien puede diagnosticar con certeza el autismo, su nivel de severidad y determinar las medidas educacionales apropiadas. El autismo es una enfermedad y los niños autistas puede tener una incapacidad seria para toda la vida. Sin embargo, con el tratamiento adecuado algunos niños autistas pueden desarrollar ciertos aspectos de independencia en sus vidas.
Los padres deben de alentar a sus niños autistas para que desarrollen esas destrezas que hacen uso de sus puntos fuertes de manera que se sientan bien consigo mismos. El psiquiatra, además de tratar al niño, puede ayudar a la familia a resolver el estrés; por ejemplo, puede ayudar a los hermanitos, que se sienten ignorados por el cuidado que requiere el niño autista, o que se sienten abochornados si traen a sus amiguitos a la casa. El psiquiatra de niños y adolescentes puede ayudar a los padres a resolver los problemas emocionales que surgen como resultado de vivir con un niño autista y orientarlos de manera que puedan crear un ambiente favorable para el desarrollo y la enseñanza del niño.

http://impactosocial.weblog.net/2008/07/09/como-identificar-el-autismo-en-la-infancia/



Expertos confirman que el autismo no es una enfermedad de origen único


El autismo parece estar provocado por la combinación de fallas en el ADN y algo en el ambiente físico o social del chico afectado después de nacer. Un grupo de investigadores que estudió a más de 100 familias propensas al autismo señaló que identificó al menos seis nuevos genes que parecen subyacer al desorden y señaló que sería posible tratarlo en algunas ocasiones.

La investigación, publicada en la revista Science, refuerza la creencia popular de que el autismo no es una enfermedad de origen único sino que puede estar causada por varios factores genéticos y ambientales.

El estudio también mostró que, al menos en muchas de las familias analizadas, las mutaciones parecen dañar genes importantes para el desarrollo cerebral, que se activan y desactivan por la actividad de las células del cerebro llamadas neuronas, las cuales son estimuladas por las experiencias en la niñez temprana.

"Parece haber muchas mutaciones distintas involucradas y cada familia tendría una causa genética diferente", dijo en un comunicado el doctor Thomas Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, que ayudó a financiar el estudio.

"La observación unificadora de este nuevo informe es que todas las mutaciones relevantes podrían dañar la formación de conexiones neurales vitales durante un período crítico en el que la experiencia moldea el cerebro en desarrollo", añadió Insel.

Los doctores Christopher Walsh y Eric Morrow, de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, y sus colegas estudiaron a 104 familias en Estados Unidos, Pakistán, Turquía, Jordania, Arabia Saudita y Kuwait.

Todos los participantes tenían familiares con autismo y en 88 de las familias eran comunes los casamientos entre primos.

Esos casamientos consanguíneos pueden hacer más comunes los desórdenes que requieren dos copias defectuosas de un gen para producirse.

"Los matrimonios entre primos aumentan la prevalencia de defectos neurológicos de nacimiento alrededor de un 100 por ciento", indicaron los autores.

EXPERIENCIAS TEMPRANAS

"Los síntomas de autismo emergen a una edad en la que el cerebro en desarrollo está afinando las conexiones entre las neuronas en respuesta a la experiencia infantil", dijo Walsh.

"Si ciertos genes importantes se activan o no depende, por tanto, de la actividad neural impulsada por la experiencia. El perjuicio de este proceso de refinamiento sería un mecanismo común en las mutaciones asociadas al autismo", agregó.

Un hallazgo que ofrece cierta esperanza es que muchas de las variaciones no se producen por genes faltantes o dañados, sino simplemente porque se desactivan.

"Eso significa que no necesitaríamos reemplazar el gen, si pudiésemos resolver cómo reactivarlo, quizá con medicación", señaló Morrow..

El autismo, que se caracteriza por una mala interacción social y comunicación, o los desórdenes relacionados como el síndrome de Asperger, afectan a alrededor de uno de cada 150 niños en Estados Unidos, según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

El autismo puede causar retraso mental en hasta el 70% y convulsiones en el 20 a 25% de los casos.

"Por el momento, comprendemos las causas genéticas de entre un 15 y un 20 por ciento del autismo", dijo Walsh. "El 80 por ciento restante sigue sin explicar", finalizó.

Reuters http://meduss.blogspot.com/2008/07/expertos-confirman-que-el-autismo-no-es.html




Carta de un padre a su hijo autista

Hijo mío:

Aunque no sepas leer ni hablar, menos comprender esta carta, es mi deseo comunicarte lo triste que me siento sin ti, tu escuela y mi trabajo nos mantienen físicamente alejados pero en ningún momento dejo de recordarte, tu eres mi motor en mi diaria lucha.

Cierto es que eres diferente, pero de eso no desprende mi tristeza. Yo te quiero y acepto tal como eres, si tu situación requiere que recibas de nosotros todo nuestro tiempo es porque el destino ha decidido que luchemos juntos y tal vez, nunca separarnos.

Mi tristeza es por mi egoísmo y vanidad, en que yo afirmo que mi mundo es real y el tuyo equivocado. No soy capaz de reconocer las cosas de otra forma que no sea la que me enseñaron mis padres, no se entender el cariño si no es con abrazos y gestos de amor.

Soy egoísta porque te hago luchar para ser como yo, donde te obligo a quererme de la única manera en que mi pobre mente puede entender, que te comuniques conmigo utilizando mi lenguaje. ¡­Que tonto soy! Si fuese otra época, otro lugar, otra sociedad, posiblemente el normal serías tu y yo el del problema.

Mi tristeza, hijo, es porque me esfuerzo tanto en traerte a mi mundo que olvido compartir contigo esos tiempos maravillosos que gozábamos juntos antes de que te diagnosticaran como “especial”. Mi mayor tristeza es porque siempre me has amado, ¡­lo se!, te siento y en tu silencio tus ojos brillan al verme. Yo, en cambio, no he sabido amarte de la manera que tu me entiendas.

El mundo en que vivimos te cataloga como alguien que requiere atención y es por eso que deberás seguir luchando por ser “normal”, pero con el corazón en la mano te lo digo: Yo luchare contigo y aprenderé a conocer tu mundo y disfrutarlo. Tus regresiones serán nuestra hora de recreo donde podamos jugar y gozarnos mutuamente, como siempre lo habíamos hecho.

Te amo, Javiercito. Estoy seguro que en un futuro cercano, encontraremos el punto medio de nuestros dos mundos y aprenderemos cada quien a vivir lo mejor de cada uno.


Tu padre

http://www.psicopedagogia.com/autismo-carta-a-mi-hijo



Los enlaces publicados en esta nota, te pueden llevar a otros, para ampliar los conceptos aquí vertidos. Y si vas, con el buscador a youtube autismo, encontrarás muchísimos videos más para ampliar la información que aquí tenemos.


cómo identificar el autismo en la infancia

expertos confirman que el autismo no es una enfermedad de origen único

carta de un padre, a su hijo autista


jueves, 10 de julio de 2008

Colitas paspadas

Cuando mi hijo estaba por nacer, mi obstetra me dijo que llevara pañales descartables (sin perfumar) a la clínica, por razones prácticas, y para evitar irritaciones en la piel.
Para esos años (principios de los 80), los pañales descartables eran novedad en Argentina. Una sofisticación, un lujo que tenía su muy alto precio. Usar pañales descartables era como estar pagando un alquiler, por una vivienda de las muy buenas. Pero los compré. Como no se conseguían sueltos o en paquetes de pequeñas cantidades, tuve pañales descartables para las dos primeras semanas de vida del bebé. Me costaron lo mismo que una docena de pañales de tela.
También compré de los de tela, para cuando se me gastaran los descartables. Y ese día llegó. El primer día que usé los de tela, al bebé se le irritó toda la colita, completa, en toda la zona que cubría el pañal, es decir, hasta la cintura.
El primer inconveniente para mi, fue que lloró todo el día. pero el principal inconveniente fue que el angelito de mi alma, estaba incómodo y dolorido. Tuve que llevarlo al pediatra. Segundo inconveniente: tiempo para prepararnos, para ir, para esperar en el consultorio, para volver, para comprar la pomadita, para aplicársela. Tercer inconveniente: dinero para la consulta, el viático y la pomadita. Cuarto inconveniente: lavar los pañales, primero a mano. Quinto inconveniente: Al lavar los pañales con las tiritas para atarlos a la cintura del bebé, se me enredaron todos y perdí mucho tiempo resolviendo ésto. Sexto inconveniente (el peor para el bebé): seguía con su colita irritada, a pesar de la pomada.
Conclusión: volví a los pañales descartables. Una vez, no coseguí los no perfumados y compré de los otros. La colita del bebé se volvió a irritar.
Conclusión: Me quedé con los pañales descartables "sin perfumar", para el resto de la crianza del bebé.

Desde que nació mi hijo, hasta el problema con los pañales de tela y los descartables perfumados, todo venía muy bien. Algunas de mis amigas me comentaban que a pesar de que usaban pañales descartables sin perfumar, las colitas de sus bebés se seguían irritando. Entonces, yo les contaba mi secreto: mi suegra me había aconsejado que siempre le lavara la colita con agua fría, aún en invierno, que nunca se le irritaría, que a sus hijos jamás les sucedió. Les decía a mis amigas, que no desoigan los consejos de nadie, ni siquiera los de una suegra, que para ser suegra, es indispensable ser madre, y una madre sólo busca el bienestar y la felicidad de su hijo. "No" que pongan en práctica todo lo que oyen, pero "sí", que le presten atención; que consulten con especialistas, y que después decidan qué es lo mejor para cada hijo.

Conclusión final: A mi me resultó muy bien usar pañales descartables sin perfumar, y lavar la colita del bebé siempre con agua fría, aún en invierno.

Elizabeth


sábado, 5 de julio de 2008

¿Padre o progenitor?

os dos primeros videos (franceses) que voy a mostrar son la promoción de un preservativo. Pero vienen muy bien para pensar. Los niños son más astutos de lo que creemos. Saben cuándo obtener permisos nuestros. Debemos tener cuidado y prestar mucha atención cuando nos hablan, especialmente cuando preguntan. Debemos tener muchísimo cuidado con lo que les respondemos. No es lo mismo ser progenitor que ser padre. Ser progenitor, es haber engendrado. Ser progenitor cuesta un instante de nuestra vida. Sólo un instante.
Ser padre, es para toda la vida, desde el mismísimo instante en que se engendró. Al ser padres, somos responsables de la vida de alguien. La responsabilidad es muchísima, y no vale un instante de placer o de distracción. Un padre lo es siempre. Si no estás preparado para ello, evítalo.

En el primer video, el niño, al saberse observado, responde que su madre le dijo que "él púede"...
El segundo, no necesita explicación, el niño grita: "¡llévalo!". El tercero, muestra cómo los niños nos imitan en todo, dependen de nosotros y somos sus ídolos. Tengamos cuidado cuando nos observan. El cuarto, muestra cómo hemos dejado de ser dueños de nuestra vida, al haber sido padres. A nuestros hijos, LES PERTENECEMOS, no es al revés.

Elizabeth










www.Tu.tv

viernes, 4 de julio de 2008

Qué es la pedofilia



Definamos:

En el lenguaje común, se llama pedófilo, al que abusa sexualmente de los niños. La paidofilia o pedofilia (del griego páis-paidós, «muchacho» o «niño», y filía, «amistad») es la inclinación, por parte de adultos, a sentir una atracción sexual primaria hacia niños o adolescentes.


Según lo visto aquí, la pedofilia no es un acto, no es un delito. Es una inclinación sexual, es una particular atracción sexual hacia los niños. Del dueño de este sentimiento depende que se convierta, o no en abuso sexual, que sí es delito. La pedofilia es el sentimiento y el abuso sexual hacia los niños (pederastia), es la práctica de ese sentimiento, aunque se generaliza diciendo que pedofilia es el abuso sexual.


El psiquiatra Richard von Krafft-Ebing enumera las siguientes características:


  • A-El interés sexual se dirige hacia los niños, tanto prepubescentes como al principio de su pubertad.
  • B_Interés sexual primario (es decir dirigido de manera exclusiva o principal) hacia niños.
  • C_Interés sexual que permanece a lo largo del tiempo.

Algunos sexólogos consideran que no sólo los adultos, sino los jóvenes pospúberes podrían distinguirse como posibles pedófilos.


A pesar de que la psiquiatría «oficial» considera la pedofilia como una enfermedad, no todos los psiquiatras comparten esta opinión.



Sólo la atracción primaria es pedofilia



Una persona no es necesariamente pedófila por sentirse atraída sexualmente por los niños o las niñas, sino porque esa atracción sexual es primaria (o sea la atracción principal, aunque también esté atraído o atraída por otros objetos sexuales). Estadísticamente, al menos una cuarta parte de las personas adultas pueden sentirse sexualmente atraídas a niños o niñas y no por ello ser pedófilas. Nótese que es posible diagnosticar la paidofilia por la mera presencia de "fantasías o deseos sexuales" del sujeto, sin necesidad de que lleve a cabo actos sexuales con niños.


La American Psychiatric Association ("Asociación Psiquiátrica Estadounidense") incluye un diagnóstico estándar basado en 3022 casos de pedofilia:

  • A_Fantasías sexuales intensas o recurrentes, impulsos sexuales o comportamientos que implican actividad sexual con uno o varios niños prepubescentes (generalmente de 13 años o menores) durante un periodo de al menos 6 meses.

  • B_La persona ha actuado por estos impulsos, o los impulsos o fantasías sexuales provocan ansiedad o dificultades interpersonales.

  • C_La persona tiene por lo menos 16 años y es como mínimo 5 años mayor que el niño o niños del punto A

Nota: no se incluye a individuos al final de su adolescencia implicados en una relación sexual activa con un sujeto de 12 ó 13 años.


La frontera real entre niñez y adolescencia puede variar en cada caso y es difícil de definir en términos estrictos de edad. La Organización Mundial de la Salud, por ejemplo, define la adolescencia como el periodo comprendido entre los 10 y los 20 años de edad.



Efebofilia


La efebofilia, también conocida como hebefilia, es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia adolescentes que ya han pasado la etapa de la pubertad. La pederastia -en la Antigua Grecia- era la atracción hacia adolescentes masculinos. La atracción hacia adolescentes femeninas cuyo físico corresponde más bien al de una preadolescente (niña, puberta o prepuberta) es conocido como «loli-con » o «complejo de lolita».


Por definición, estos términos no son sinónimos de pedofilia. No obstante, en los países occidentales se ha usado con frecuencia la palabra pedofilia para referirse a la efebofilia y, en general, a la atracción sexual hacia cualquier persona cuya edad sea menor a la edad de consentimiento sexual.



Regulación jurídica


La mayoría de los países civilizados conservan un Derecho penal de acto, por lo que se castiga la pederastia, es decir, el acto de abusar sexualmente de un menor, y no la mera tendencia sexual pedófila, lo que sería más propio de un inadecuado Derecho penal de autor. Por ello un acto de abuso sexual infantil no es calificado como pedofilia por las leyes. Sin embargo en algunos Códigos penales sí se contemplan delitos que castigan dicha conducta.


Pese a esto, algunos periódicos y otros medios, hacen un uso erróneo de los términos «acusado de pedofilia» o «pedófilo convicto» en referencia a individuos acusados o convictos por abuso sexual infantil e incluso otros términos como «pedófilo en serie». Sin embargo, pederastia se utiliza de forma preferente en el sentido de delito, y menos frecuentemente como enfermedad; en la prensa se habla de «delitos de pederastia», «condenado a 40 años por pederastia», «acusado de pederastia» y «red de pederastia».


Esta preferencia de emplear pedofilia para referirse a la atracción sexual o la enfermedad, puede deberse al hecho de que este término es actualmente el más utilizado en psiquiatría para designar el trastorno mental y, por influencia médica, es la palabra escogida por los periodistas para hablar en términos psiquiátricos.



Referencia


Desde el punto de vista semántico, la distinción es clara: una cosa es sentir atracción erótica por los niños, y otra, abusar sexualmente de ellos. Similares diferencias de significado encontramos en el Diccionario de uso del español de María Moliner, donde se define el término pedofilia como una «perversión» del adulto que se «siente atraído por niños», mientras que la pederastia se toma como una «práctica».


Seco, Andrés y Ramos, en su Diccionario del español actual, definen la pedofilia como una «atracción», y reservan pederastia para la «relación homosexual de un hombre con niños», lo que introduce el matiz semántico de la homosexualidad, aunque dentro del campo de las prácticas sexuales, tal como hacen el diccionario académico y el diccionario de María Moliner. Así pues, la distinción entre la tendencia sexual (pedofilia) y la práctica abusiva -y además delictiva- (pederastia), aunque infrautilizada en la lengua, está perfectamente registrada en los diccionarios.


Se ha planteado una alteración neuroendocrina como base del cuadro, ya que en algunos casos se ha vinculado su aparición con daños orgánicos cerebrales que afectan al hipotálamo o al sistema límbico; sin embargo, las mediciones de testosterona no han mostrado diferencias con la población general.


La pedofilia es una parafilia en que hay una atracción sexual intensa, urgente, recurrente, por los niños, existiendo casi exclusivamente apetito sexual y excitación incontrolables, por los menores de 13 años


La parafilia

En la discusión del tema se advierte una ausencia de participación médica, tanto en los medios de comunicación como en el trámite parlamentario de la ley sobre pedofilia o ante el proyecto, que propuso la castración para los pedofílicos.

El DSM IV (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) define la parafilia como un impulso recurrente, urgente a excitarse con fantasías o acciones que involucran: 1. Objetos no humanos; 2. Sufrir o inferir humillación o daño a uno mismo o a su pareja sexual; 3. Dirigirse a niños o a personas que no consienten esta conducta. Debe existir a lo menos por 6 meses, en forma permanente o episódica y se sitúa claramente, fuera de las prácticas sexuales socialmente aceptadas, llamadas antiguamente perversiones sexuales, hoy parafilias. La parafilia, palabra formada por el prefijo para (al lado de o anormal) y philia (amor), ocasiona riesgos y sufrimientos a quien la realiza y daña severamente al otro afectado, especialmente cuando es un niño.

Debe descartarse que haya otros desórdenes psiquiátricos, retardo mental, trastornos orgánicos cerebrales, abuso de drogas, que lleven en forma secundaria a este problema. La pedofilia es generalmente un trastorno primario, que se presenta sin patología previa.

La alteración de la excitación sexual (que sólo ocurre ante el estímulo de un menor), se ha podido confirmar utilizando pletismografía peneana y el registro de la erección («Regiscan»), para constatar su desencadenamiento ante videos que muestran actividades pedofílicas con niños de uno u otro sexo.

Por esta base biológica de la sexualidad, disminuir o antagonizar la testosterona es de utilidad terapéutica mediante: 1. Castración: elimina la principal fuente de testosterona, presenta un bajo porcentaje de recidivas, aunque puede ser contrarrestada por la automedicación con andrógeno; 2. Fármacos antidepresivos: aumentando la serotonina disminuyen la líbido y la excitación sexual, son complemento de la terapia psiquiátrica favoreciendo menos recidivas; 3. Terapia endocrina: disminuyendo la secreción de andrógenos o interfiriendo su acción en el efector (antiandrógenos) inhiben la líbido, excitación y erección. Se han utilizado: a) acetato de medroxiprogesterona, b) análogos del GNRH y c) antiandrógenos (acetato de ciproterona)

Ningún tratamiento consigue la curación de la pedofilia. Es necesario realizarlo para disminuir las recaídas y agresiones sexuales. La terapia endocrina es efectiva y menos mutiladora que la castración, sólo si el paciente la mantiene por voluntad propia o coerción legal.

La legislación en distintos países hace recaer sobre la Medicina y el Estado serias responsabilidades, estableciendo la castración de los pedofílicos u obligándolos a aceptar una terapia psiquiátrica y farmacológica, hospitalizados en unidades de psiquiatría forense de cárceles o en servicios de salud mental. Las leyes establecen que para obtener libertad condicional se requiere el diagnóstico médico de «curación» del pedofílico y no constituir peligro para la sociedad. Considerando la no curación y la frecuencia de recidivas, esta disposición legal hace recaer sobre el médico la responsabilidad de dejarlo permanentemente recluido en dichos servicios, o asumir el riesgo de los actos del pedofílico una vez liberado

El costo de estas terapias: hospitalización y el contar con equipos multidisciplinarios, implican un gasto importante para el Estado. Todos estos aspectos deberían ser considerados al legislar sobre esta materia.

Dr. Enzo Devoto C, Dra. Lucía Aravena C.
Sección Endocrinología, Hospital Clínico San Borja-
Arriarán, Santiago, Chile.
Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Campus Central.


Esta síntesis fue extraída de Wikipedia, donde podrás ampliar los conceptos

martes, 1 de julio de 2008

El Vaticano y la pederastia



El Papa muestra su «vergüenza» ante los casos de pederastia en el clero de EE UU Cambiar el tamaño del texto
Marta G. Hontoria - Washington

El Papa Benedicto XVI no quiso esperar a pisar suelo estadounidense para confesar que se siente «profundamente avergonzado» por el escándalo de los abusos sexuales que ha sacudido a la iglesia católica en EE UU. A bordo de su avión, bautizado como el «Shepherd One», el Pontífice aseguró que trabajará para mantener alejados a los pedófilos del sacerdocio y que hará todo lo posible para curar las heridas de las víctimas. Abordaba así el Sumo Pontífice el que quizá va a ser el capítulo más espinoso de toda su visita a EE UU y uno de los que más expectación ha levantado.

Sonriente y puntual, el Papa llegó a la capital estadounidense sobre las 4 de la tarde, diez de la noche en España, y fue recibido con todos los honores por George W. Bush. Aunque poco acostumbrado a rígidos protocolos, el presidente de EE UU hizo gala de su cortesía texana. No besó el anillo del Pontífice ya que no es católico, sino protestante, pero en cambio estrechó cálidamente la mano del Santo Padre.

No es costumbre, ni de éste ni de ningún mandatario estadounidense, acudir al aeropuerto a recibir a un dignatario extranjero, pero ayer Bush, acompañado por su mujer, Laura, y su hija Jenna, quiso tener el gesto de dar personalmente la bienvenida a Benedicto XVI, el tercer pontífice que visita EE UU. Aunque breve, la ceremonia de recibimiento en la base aérea de Andrews fue un aperitivo del entusiasmo con el que va a ser recibido el Pontífice. Estaban a unos 150 metros, pero los centenares de personas que presenciaron su llegada alcanzaron sin duda los oídos de Benedicto XVI, que saludó alegre con ambas manos. La agenda oficial del Obispo de Roma comienza esta misma mañana en la Casa Blanca, donde tendrá oportunidad de hablar con más profundidad con Bush.

Benedicto XVI es el primer pontífice que visita EE UU después de que estallara en Boston el escándalo de los abusos sexuales hace ya seis años. «Que esto sucediera representa un gran sufrimiento para la iglesia en EE UU, para la iglesia en general y para mi personalmente», señaló durante el viaje el Sumo Pontífice. «Cuando leo las historias de las víctimas me es difícil entender cómo fue posible que los sacerdotes traicionaran su misión de esta manera. Estamos profundamente avergonzados y haremos todo lo posible para que esto no vuelva a suceder en el futuro».

El Papa señaló que los responsables del clero están trabajando en los seminarios para asegurarse de que los futuros sacerdotes no tengan esas tendencias. La pedofilia es «absolutamente incompatible con el sacerdocio», recalcó. «Es más importante tener buenos sacerdotes que muchos sacerdotes».

El Pontífice insistió en que la Iglesia hará lo posible «para curar esta herida». El escándalo ha causado un enorme trauma para la comunidad católica en EE UU y ha tenido un gran impacto económico, ya que al menos seis diócesis están en bancarrota por el pago de indemnizaciones.

Durante la habitual charla con los periodistas durante el vuelo, el Papa aseguró que se siente «fascinado por el concepto positivo de laicidad que se vive en este país», que da a todos la posibilidad de expresar y tener su propia religión. El Santo Padre comentó también los retos de la presencia hispana en EE UU: «He visto la profundidad del problema de la inmigración, sobre todo la división de las familias, que es un peligro para el tejido social y para los valores humanos», afirmó el Santo Padre. «Debemos trabajar juntos con el objetivo de que el desarrollo social pueda ofrecer las posibilidades a los ciudadanos de obtener un trabajo digno», añadió Benedicto XVI.


¿El Papa es hipócrita? ¿O el video es mentiroso? ¿O "La Razón Digital" miente?